Alba Soto Fotografía |
Durante todo el año, puedes visitar sus playas, sus montes y llenar el estómago con su rica gastronomía. También puedes practicar deportes, ir a spas o bailar en sus verbenas de verano. Pero cuando llega febrero, la isla coge impulso y llega más alto que los 3.718 metros que tiene su Teide.
Los corazones laten al ritmo de las batucadas y por la sangre de los chicharreros (gentilicio de las personas que viven en Santa Cruz de Tenerife) comienza a correr la purpurina. Como cuando te enamoras, las semanas antes de que el Carnaval salga a la calle, los más fanáticos ya tienen hormigueo en la barriga. ¿Y este año al final de que toca? ¿Repetimos el de princesa? Las preguntas brotan, la emoción, también-
El apocalípsis llega cuando, un miércoles antes del desenfreno, presentadores, candidatas y agrupaciones se suben a un escenario -algunos años más elaborado que otros- para anunciar una frase que al chicharrero le cala hondo; "El Carnaval de Santa Cruz ya tiene Reina". Y es que, de ahí a los baños de masas, y purpurina, hay un paso.
Alba Soto Fotografía |
Una vez terminadas las formalidades, lo que importa es salir, reír, pasárselo bien. Reírte con una tripulación lista para despegue, o ponerse serio si viene la autoridad. Tampoco te puedes olvidar de confesarte si encuentras a un cura, ni de revisar tus selfies al llegar a casa; lo más probable, es que en alguno se haya colado el pequeño Nicolás.
Y tú, ¿a qué esperas para disfrutar de mi carnaval?
No hay comentarios:
Publicar un comentario