miércoles, 17 de diciembre de 2014

Tener humor, no tener vergüenza: llegar lejos

Parece tópico pero esta claro que, con risas, todo entra mejor. Y si no, que se lo digan a José
María Gasalla, que en la tarde de ayer se plantó en el Espacio Cultural CajaCanarias con una
pelota de basket, una corbata rompedora y un repertorio que mantuvo atentos durante más de
dos horas a los asistentes.

La cuestión no es fácil. Vienes a un recinto a hablar, una vez más, de lo importante que es tener
confianza en uno mismo, ser positivo y luchar mucho y, a eso, como él mismo reconoció, nos
estamos acostumbrando. Nos acostumbramos porque “los ‘coaches’ salen de debajo de las
piedras”, las frases de Paulo Coelho inundan los muros de Facebook y las fotitos con cosas
optimistas te asaltan cuando abres el Instagram.



El profesor Gasalla quiso marcar la diferencia. El ejemplo, como advirtió, es una de las cosas
más importantes para llevar a cabo algo y que los demás te sigan. De nada sirve promulgar mil
premisas si luego no las llevas a cabo. Para eso, hace falta autoconfianza, precisamente, la que
demostró acabando su discurso entonando un desafinado Resistiré, con el que, a ritmo del Dúo
20141126_182130.jpgDinámico puso al público a bailar y
cantar.

Durante la conferencia, titulada
‘Competitividad, personas y cambio:
Gestión por Confianza’, el
plurititulado - ingeniero
aeronáutico, doctor en economía y
diplomado en psicología social- hizo
hincapié en la importancia de
cuestionarnos todo aquello con lo
que estamos acostumbrados a
convivir; las rutinas útiles y los
paradigmas, principales problemas
con los que nos enfrentamos.

En esta línea, Gasalla advirtió que
las cosas que hacíamos o creíamos
hace algunos años puede que fueran
prácticas en ese momento, pero,
ahora mismo, no lo son, pues nos
encontramos en una sociedad
“diversa,más compleja,más incierta,
más ambigua y más paradojica”. Por
eso, aseveró, “si no asumes riesgos,
te quedarás fuera". Y ahí está el problema., en quedarnos fuera. Por miedo a abrirnos y que nos hagan daño, por la
falsa timidez que tenemos, por el pánico que nos da arriesgar. ¿O acaso no pensamos millones
de cosas que no soltamos por ese terror que nos da el qué dirán?.

Salir, enfrentarnos a situaciones diversas, viajar, conocer mundo y personas… A partir de ahí,
asegura el también profesor, cuestionarnos todo, no ser obedientes, sino eficaces. Aprender y
desaprender como base de todo proceso cognitivo. Y esto, no dejar de hacerlo nunca.
Por ello, recomienda, aunque seamos grandes directivos de una organización, debemos seguir
asistiendo a toda la formación que a nuestros empleados ofrecemos. Porque, siendo realistas,
¿a cuántos número 1 solemos ver en una sesión de aprendizaje? Falta de humildad, que lo
llaman.


20141126_175139.jpg
Probablemente me deje atrás muchas citas de un discurso frenético, del que la mayoría de
frases y palabras serían altamente aprovechables. Pero no quiero acabar este texto sin hacer
una especial mención a su retahíla final. En ella habló, basada en la apasionante historia de la
vida de su padre, de la importancia de sentirnos jóvenes de espíritu. 

Crear, pensar, confiar y
vivir, más allá de las dos o tres cifras que tenga nuestra edad en el DNI.
No ponernos límites y a volar. 
Cuidar lo que hemos aprendido, pero no olvidarnos que eso
mismo es lo que no nos deja seguir avanzando. Desaprender, me quedo con desaprender. Y
mientras la vida pase...seguir desaprendiendo para así seguir creciendo.

Emma Gutiérrez,

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